
Las líneas pueden dividirnos, pero la esperanza nos unirá.
Adaptación de la exitosa novela, con el mismo nombre, de John Boyne. Película dirigida por Mark Herman. Película con drama y en donde se refleja el nazismo.
“El Niño Con El Pijama De Rayas”, narra la historia de una inverosímil amistad entre dos chicos, Bruno (Asa Butterfield) y Shmuel (Jack Scanlon), que viven a ambos lado de la alambrada de un campo de concentración.
La historia parte en Berlín, 1942. Bruno tiene nueve años y desconoce totalmente el significado de la Solución Final y del Holocausto. No es consciente de las pavorosas crueldades que su país está infligiendo a los pueblos de Europa, la historia transcurre durante la Segunda Guerra Mundial, todo lo que sabe es que su padre ha ascendido en su trabajo y que ha pasado de vivir en una confortable casa de Berlín a una zona aislada en la que no hay mucho que hacer y sobre todo nadie con quien jugar. Pero todo cambia cuando conoce a Shmuel, un chico que vive una extraña existencia paralela al otro lado de la alambrada y que, como todos los que habitan allí, viste un uniforme similar a un pijama de rayas. La amistad de Bruno con Shmuel marcará el fin de su inocencia infantil. Sus encuentros secretos desembocan en una amistad cuyas consecuencias serán asombrosas y devastadoras.
Otra película que tiene una historia bastante simple y corta, que no va más allá de lo que vive Bruno, no se mete a explicar el nazismo ni lo que sucede a gran escala en Europa en general. Una historia que marca la infancia del hijo menor de la familia principal. Me encantó la amistad que estableció con Shmuel a pesar de ser judío y haber escuchado atrocidades de estos, no le importó aquello y siguió sus corazonadas inocentes. Por otra parte, me dio mucha melancolía ver cómo se corrompía la infancia, cómo se le envenenaba. Como ocurrían mentiras y calumnias. Y cómo la amistad te puede llevar a un triste final que a la vez puede ser un triste castigo para terceros. Sin embargo me hubiese gustado que tuviera más contenido y que hubiese durado mucho más, pero aún así me gustó.
La infancia transcurre entre sonidos, olores e imágenes, antes de llegar la edad oscura de la razón.
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